El castillo, existente en época musulmana, constituye un recinto amurallado que guarda el Patio de Armas, Torre del Homenaje y Torre Pentagonal. El vestigio más completo conservado hasta hoy, gracias a que ha sido restaurado, es la Torre del Homenaje, que se alza en el centro del Patio de Armas. El interior se compone de dos salas que estarían acondicionadas para albergar a sus huéspedes o sirviera de residencia al alcaide de la Villa.
La Torre Pentagonal, de época posterior, siglo XV, cubre el flanco sur de la fortaleza, fue usado como torre defensiva y conserva las aberturas correspondientes a las saeteras practicadas en los laterales de la torre.
Además del interés que revisten las estructuras medievales, el lugar es arqueológicamente un asentamiento de gran potencia. Las diferentes excavaciones arqueológicas han desmontado buena parte de la estratigrafía, unos 7 metros, y revelan una completa secuencia cultural que abarca desde el Calcolítico Final hasta la iberización, cuyos niveles aparecen desmantelados por las fases siguientes romana y medieval. En el interior del recinto se localiza una Cisterna Romana excavada en la tierra.