Este paraje se sitúa en la zona noroeste del pueblo, en una olmeda a la salida del antiguo camino de Aguilar frente a unos viñedos en la falda del cerro donde se asienta Monturque. En él se encuentra una de las fuentes más antiguas existentes en el municipio.
Según cita D. Luis María Ramírez de las Casas-Deza en su Corografía la Fuente Nueva, como así le llama, se construyó en el año 1842. Se trata, junto a la del Cañuelo y la de la Chorrilla, de las tres fuentes que hacia finales del siglo XIX existirían en Monturque. Aunque originalmente se encontraba al otro lado de la calle. Curiosamente sus aguas provienen de un acuífero situado junto a los restos de la antigua Ermita de la Virgen de la Cabeza, en el paraje que en Monturque se conoce como la “Madre de Dios”, una de las zonas más elevadas de la población.
Debido a su alto grado de dureza, esta fuente se utilizaba en su día para la limpieza y el abastecimiento de ganado, por ello consta de dos estructuras bien diferenciadas: una pilastra de salida del agua unida con pileta para su recogida, en su lado sur, y pilar abrevadero en su lado norte. El agua sale por la cara oriental de la citada pilastra de sección cuadrangular, vertiendo sobre una pileta de 30 cm de lado que comunica con una segunda pileta más grande, de 70 x 80 y 70 cm de altura. Esta pileta comunica por su lado norte y por medio de un rebaje en el pretil con un pilar abrevadero de mampostería encalada y planta rectangular cuyas dimensiones alcanzan los 5,30 x 1,70 cm y una altura variable de este a oeste. La fuente desagua por el muro norte en una conducción subterránea que comunica con una pequeña alberquilla situada a unos 6 m.
Los olmos de este rincón singular de Monturque dejan paso, en la calle Fuente Nueva, a una tupida formación de moreas blancas que, en ambas direcciones, da solución de continuidad a este paraje y contribuye sensiblemente a limitar los rigores del estilo.