Estos restos corresponden a lo que fue la planta baja o sótano de un edificio público romano de grandes dimensiones, que formaría parte del conjunto monumental del foro de la ciudad. Se trata de una construcción semisubterránea y parcialmente excavada en la roca, que se conoce con el nombre de criptopórtico, cuya finalidad era nivelar la pendiente del terreno, creando una base sobre la que erigir otro edificio.
La planta es rectangular, de 37,5 m. de longitud y 6,25 m. de anchura, dividida en dos naves por una alineación de pilares centrales realizados con sillares, que servirían de apoyo a grandes arcos formados con dovelas y, sobre ellos, bóvedas de cubrición. El interior estaría levemente iluminado por unas ventanas o huecos abiertos en su parte superior y el acceso se realizaba a través de una rampa, también tallada en la roca. El muro exterior se encuentra reforzado por una serie de contrafuertes que aportan solidez al conjunto.
Estos recintos subterráneos y oscuros proporcionaban temperaturas frescas y moderadas, útiles para el almacenamiento de productos como el aceite, el vino o el grano. El hallazgo de numerosos restos de ánforas en su interior parece confirmar este uso. Por otra parte, diversos elementos arquitectónicos localizados (basa, capitel, cornisa, tambor de fuste…) pertenecieron a la planta superior, que tendría un carácter más noble y lujoso, tratándose, muy probablemente, de la basílica del foro.